domingo, 27 de junio de 2010

Los derechos no se plebiscitan

La iglesia insiste con hacer un pebiscito sobre el matrimonio gay. Aparentemente, necesitamos reforzar nuestros argumentos en contra de la "tiranía de las mayorías".

"Nadie cree en la democracia" dice Milton Friedman:


En este, como en tantos otros casos, estamos con Milton.
Los derechos de las personas no están sujetos a la voluntad popular. Es tan irrelevante que una mayoría vote a favor de condenar a una minoría a la silla eléctrica (como dice en el video) como que una mayoría vote a favor de limitar los derechos de las personas homosexuales. Ambos casos son un ejercicio ilegítimo de la democracia. El plebiscito sobre el matrimonio gay es uno de esos casos.

P.D: La Nación me informa que hace 24 años la Iglesia también hizo un intento (fallido) por plebiscitar los derechos de las personas a divorciarse.

2 comentarios:

  1. Y menos que menos plebiscitar sobre los derechos de una minoría sobre la cual hay prejuicios extendidos en toda la sociedad, eso creo que también acotaría Gargarella según lo que recuerdo de sus clases.

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  2. El tema del matrimonio homosexual cada día me interesa más.
    Debe ser por eso que me surgió esta gran inquietud: mañana a la tarde (lunes 28 de Mayo a las 18 hs) habrá una marcha a favor del matrimonio homosexual. Se realizará en la plaza de los dos congresos. Como ya todos sabemos, Cristina Kirchnner se manifestó en contra del aborto pero a favor del matrimonio homosexual. Me pregunto entonces: les pagará a ciertos sectores sociales para que concurran a la marcha? (ya todos sabemos y algunos hasta vimos con nuestros propios ojos que eso suele suceder en las marchas oficialistas). Concurrirán a la marcha aquellos que apoyan al gobierno? Me cuesta imaginarme a la juventud peronista con banderas de Evita pidiendo un país libre, pidiendo igualdad de derechos. En mi utopía es así, pero lamentablemente vivo en el mundo real. Habrá que esperar a mañana...
    Espero con ansias el 14 de julio. A ver si de una vez por todas deja de darme vergüenza el país en el que vivo.

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