En la primera entrega, explicamos cómo aquellas personas que defienden la prohibición de las drogas argumentando que estas "hacen mal" caen inexorablemente en una fuerte contradicción (a menos que estén a favor también de criminalizar el alcohol, el tabaco, la falta de actividad deportiva, la comida chatarra y otras prácticas nocivas para la salud).
En este segundo capítulo del "Manual para la legalización" estudiaremos otro argumento comunmente escuchado y trataremos de determinar, más allá de si estemos de acuerdo o no con su esencia, si es consistente con la política de drogas en nuestro país.
"Las drogas deberían estar prohibidas porque generan adicción"
Este argumento dice algo así como:
1) Las drogas generan adicción.
2) Para proteger a sus ciudadanos, el Estado debe prohibir aquellas sustancias que generen adicción.
===> 3) El Estado debe prohibir las drogas.
Para los que hayan leído el Capítulo 1 de este manual, no les costará demasiado darse cuenta en qué dirección va a ir nuestro argumento. Si las drogas están prohibidas porque generan adicción entonces deberíamos preguntarnos qué otras sustancias (o hábitos) presentes en la sociedad generan adicción también. Veamos algunos ejemplos:
- Cada año, casi 35 millones de personas intentan dejar de fumar. Menos del 7% logra dejar el hábito. ¿Acaso la nicotina no genera adicción? (más info acá)
- Un argentino promedio de más de 15 años consume 8,4 litros de alcohol por año, un estadounidense 8,6 y un irlandes 13,7. La Organización Mundial de la Salud estima que viven en el mundo alrededor de 140 millones de personas sufriendo de alcoholismo. ¿Acaso el alcohol no genera adicción?
Subamos un poco el nivel de la polémica y veamos algunos ejemplos más originales:
-La organización Gambling Therapy se jacta de haber ayudado a "several thousands" de personas que voluntariamente pidieron tratamiento para poder dejar de apostar. Cada año, 3 millones de personas padecen la patología de un adicto al juego en Estados Unidos. ¿Acaso el juego no genera adicción?
Y para acabar...
- Encabezada por el indisputado Tiger Woods, la lista de adictos al sexo en Estados Unidos asciende a aproximadamente 20 millones de personas (si hiciste click en el link y tu nombre no aparece, sabé que la base de datos por ahora sólo alcanza a EEUU). La OMS incluyó el "excessive sexual drive" entre las enfermedades catalogadas (me pregunto ¿cuánto será excessive? sólo por curiosidad..). ¿Acaso el sexo no genera adicción?
Sin duda que algunas de estas catalogaciones son cuestionables. Pero la misma vara que se usa para medir la adicción en un caso, es la que se usa en los demás. Nuevamente, podríamos remitirnos al gráfico que mostramos en el capítulo anterior (fuente acá) para ver que la nicotina se encuentra por encima de la cocaína y la marihuana en el ranking de dependencia. Lo llamativo es, que a pesar de todo esto, ni la nicotina, ni el tabaco, ni el juego se encuentran prohibidos en la mayoría de los países del mundo. ¿Acaso los legisladores de esos países realmente creen que el alcohol no genera adicción? ¿acaso ven en la marihuana, el hashis o el éxtasis un componente más adictivo que en la nicotina?
Las personas que defienden una concepción paternalista del Estado suelen alabar las acciones que éste lleva adelante para proteger a sus pobres e indefensos ciudadanos de los riesgos de las sustancias adictivas. Pero es llamativo notar como mientras los gobiernos destinan millones de dólares en campañas antinarcóticos que durante décadas han demostrado ser infructuosas, permiten al mismo tiempo el desarrollo de industrias enteras que no sólo comercializan sino que también publicitan productos como el alcohol o el cigarrillo.
He aquí una enorme contracicción. Y sólo hay dos formas de abandonar esta contradicción. O reconocemos el derecho de las personas a ser ellos los propios guardianes de su salud, aún cuando decidan experimentar una práctica adictiva (posición que defendemos en este blog), o nos tomamos en serio el argumento de que el Estado debe prohibir aquellas sustancias que generan adicción y criminalizamos el consumo de alcohol, de cigarrillos, el juego y, en una de esas, también el sexo.
En el próximo capítulo el argumento probablemente más arraigado en la posición antidrogas: "Las drogas deberían estar prohibidas porque afectan el juicio de quienes las consumen y, por lo tanto, terminan afectando la seguridad de los demás"
PD: Dado que nos vamos acercando al final de este manual, si alguien tiene un argumento que no hayamos considerado por el cuál las drogas deberían estar prohibidas, hable ahora o calle para siempre.
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chicos...ustedes hablan de las drogas en general, pero no deberían centrarse solo en la marihuana? porque creo que ya es otro tema cuando se habla de la adicción a la heroina o al extrasis por ejemplo. estas drogas tienen efectos distintos, generan más adicción, y sí que afectan el juicio, ... o no?
ResponderEliminarPuede ser que la heroina sea mas adictiva y autodestructiva, pero el argumento es que no importa lo que un persona ELIJA hacer con su vida. El Estado NO tiene derecho a prohibir una acción o planes de vida.(sólo puede restringir cuando una acción dañe a terceros, dañe a otro derecho). Hacer eso es perfeccionismo (imponer un modelo de vida).
ResponderEliminarRespecto a lo de "afectan el juicio" no me adelanto porque es el tema del cap 3.
Los argumentos son casi irrefutables en su esencia. Yo creo que estos argumentos son irrefutables para drogas "leves" como la marihuana. Sin Embargo condsidero que drogas como el paco, y la cocaina afectan los derechos de propiedad de los terceros. Los especialistas en esta materia dicen ( no se si con prueba empirica o no) que el consumo de paco altera la racionalidad de un individuo. Un individuo que consume esta sustencia y no tiene dinero para volver a comprarla, sale a robar sin ningun tipo de problema porque en ese momento lo unico que le interesa es conseguir plata.
ResponderEliminarAnticipandome a sus posibles respuestas a mi comentario, les digo que el alcohol en exceso se podria analizar si altera la racionalidad y tambien podria llegar a ser castigado y que no alcanza con el argumento de que si una persona consume paco y mata a alguien deberia ser castigado, porque a veces es mejor prevenir que curar
con respecto al comentario de alan
ResponderEliminarconsidero que no solo un adicto al paco o a la cocaina (que son las drogas q mencionaste) sale a robar para seguir consumiendo ... lo mismo puede ocurrir, y ocurre de hecho, para el consumo de alcohol, para poder jugar, apostar. Para cualquier adicción para la cual el adicto necesita dinero, es capaz de salir a robarlo ... le puede robar a un familiar, o a un desconocido, pero está robando al fin ...
sin embargo no creo q estos sean motivos por los cuales se debieran prohibir tales actividades
Supongamos que una persona sin problemas económicos es adicta a las drogas, debiera tener la prohibición de drogarse por el hecho de que otras personas "pueden llegar a violar derechos de terceros (a través del robo) a partir del consumo"?
Nico se que no se esta debatiendo desde este enfoque pero me pareció interesante citar a Freud para entender a las adicciones desde el psicoanálisis.
ResponderEliminarFreud dijo, que el mal habita en el hombre y que es el hombre quien puede volver “mala” cualquier cosa que toque.
Nadie se vuelve adicto si en su estructura psíquica no hay ya una tendencia a la satisfacción “por cortocircuito” esto es la evitación de la castración y el rechazo a la función del significante falo.
La droga es el remedio para aquellos que no saben de otro remedio que exigiría un recorrido por los sinuosos caminos de la realidad, o sea del deseo.
“es que la adicción tiene una presentación perversa en la medida que es la fijación a un objeto real de satisfacción como rechazo, tapón de inmediato, del objeto que falta en la estructura”
La adicción encubre una estructura melancólica pues implica la imposibilidad de desprender de sí al objeto perdido (se refiere a la imposibilidad de tramitar un proceso de duelo).
Lo que podemos deducir a partir de las palabras de Freud es que los adictos tienen una estructura psíquica enferma mas allá del consumo o no de las drogas, es decir, no se enfermaron por la droga, ya lo eran y se acercaron a ella para llenar esa ausencia.
Si la razón de prohibir las drogas es para proteger a los enfermos, también se debería prohibir la soga para evitar que el depresivo se suicide.