lunes, 26 de abril de 2010

Manual para la legalización, Capítulo 1

Presentamos aquí la primera entrega de esta apasionante colección. Para el bolsillo del drogadicto o la mochila del libertario, un manual ilustrado donde se enumeran detalladamente los argumentos más fuertes e impenetrables a favor de la despenalización de todas y cada una de las drogas en nuestro país.

En esta primera entrega presentaremos un argumento original que nos hará replantearnos la forma en que encaramos el debate. La pregunta que nos haremos es: suponiendo que alguno de los argumentos para prohibir el consumo de drogas fuera realmente legítimo, ¿es coherente la ley actual con este argumento? ¿o la política anti-drogas de nuestro país es acaso el producto de un mero capricho de los sectores conservadores? Todo esto y más en el primer capítulo de este "Manual para la legalización".

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Capítulo 1

Un argumento comunmente escuchado a favor de la prohibición de las drogas nos dice que éstas deberían estar prohibidas simplemente porque "hacen mal". Para poder analizar claramente este argumento, reescribamoslo de forma lógica y ordenada:

1) Las drogas hacen mal
2) El Estado debería prohibir las cosas que hacen mal.
===> 3) El Estado debería prohibir las drogas.


"Las drogas deberían estar prohibidas porque hacen mal."

Numerosos estudios han demostrado que fumar marihuana, inhalar heroína o consumir cocaína efectivamente afectan la salud de nuestro organismo. Dejaré en manos de otros libertarios discutir sobre si el Estado tiene o no el derecho de llevar adelante acciones paternalistas que nos prohiban actuar de cierta forma para preservar nuestra salud. Pero supongamos por un momento que sí tiene este derecho. Supongamos que una de las funciones del Estado realmente fuera cuidar la salud de sus ciudadanos. En ese caso, ¿sería justificable que estas drogas estuvieran prohibídas? Probablemente la respuesta sería SÍ. Pero en ese caso, ¿no deberían prohibirse también tantas otras drogas que, a pesar de haber sido socialmente aceptadas, son tan o más dañinas que las que actualmente se encuentran prohibídas?

Para citar un ejemplo, el LSD (una de las preferidas de Paul) es un alucinógeno creado en 1938 y prohibido en EEUU a partir de la década del 60. Si bien son pocos los estudios que han podido demostrar que esta droga genere un daño real a largo plazo en el organismo, hace más de 40 años que todo consumidor de LSD es considerado un criminal. Por otro lado el consumo de tabaco es una práctica cuyo origen supera los 5.000 años de antiguedad. De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud, unas 100 millones de personas perdieron la vida en el siglo XX producto de esta droga. 100 millones!!!!! Aun así, mientras que la mayoría de los Estados del mundo (sino todos) prohíben el consumo de LSD, ninguno ha prohibído completamente el consumo de tabaco.
Tomemos sino el caso del alcohol que, junto con la Hepatitis B, son los principales causantes de enfermedades hepáticas en el mundo. ¿Es coherente que el Estado permita el consumo de alcohol pero prohiba otras actividades mucho menos nocivas como el consumo de marihuana?  A continuación, les presento un gráfico que utilizaré reiteradas veces en próximas entregas.
Es llamativo notar que el alcohol resulta ser la droga más tóxica de todas, claramente por encima de la marihuana. (el hecho de que sea más adictiva también es llamativo y será tratado más adelante)

Evidentemente, el argumento de que las drogas deberían estar prohibidas simplemente porque "hacen mal" es sumamente inconsisente. Quien defienda esta posición difícilmente pueda resistir preguntas como ¿Debería prohibirse entonces también el cigarrillo?¿Debería prohibirse entonces también el alcohol?
Decir que las drogas deberían estar prohibidas porque "hacen mal" implica también tener que aceptar que el alcohol y el cigarrillo deberían estar prohibidos. Y no sólo prohibidos en el sentido de "prohibido fumar", sino prohibidos, criminalizados y perseguidos de la misma forma que son considerados delincuentes quienes consumen marihuana o LSD.

Cuando ciertos postulados nos llevan a conclusiones que no queremos aceptar, simplemente tenemos que replantearnos los postulados. Quienes no estén conformes con la prohibición total del cigarrillo y el alcohol, deberían pensar dos veces la próxima vez que vayan a decir "las drogas deberían estar prohibidas porque hacen mal".

En la próxima entrega: "Las drogas deberían estar prohibidas porque generan adicción"

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