Soy fanático de las tapas, me gusta la paella y también el Barcelona. Pero por sobre todas las cosas soy un fiel defensor de la libertad. La libertad de las personas de ejercer su voluntad sin dañar a otros. Y sucede que de esa libertad se desprende el principio de la autonomía. Este termino proviene del griego αὐτονομία que significa "ley propia". La autonomía por lo tanto, implica la capacidad de ser uno su propio legislador. Y no sólo eso, sino que en tanto y en cuanto la autonomía o la libertad de otra persona no esté siendo afectada, la autonomía nos convierte a todos nosotros en legisladores, jueces e incluso abogados de nuestra propia conducta.
Pero volviendo a temas más atractivos como la comida catalana o Las Ramblas...¿qué tiene que ver el hecho de creer en la libertad y la autonomía con el lema independentista catalán? Sucede que de ser realmente libres los catalanes y de contar con autonomía propia como individuos, esta autonomía los convertiría, casualmente, ¡en un estado AUTONOMO! Y no me refiero a la autonomía piadosa de la que gozan las regiones españolas. Me refiero a autonomía en el verdadero sentido de la palabra, la autonomía como individuos de sancionar su "ley propia" y, si así lo decidieran, de extender esta "ley propia" a formarse como un estado separado del resto de España. ¿Qué derecho tiene Raúl a esclavizar a Xavier obligandolo a formar parte, contra su voluntad, de una sociedad a la que él se siente ajeno? ¿qué derecho tiene Iker de violar la autonomía de Pep? Ninguno.
Es por eso, y porque nos gustan la Barceloneta, Razzmatazz y la Pompeu Fabra que decimos ¡Visca el Barca, y visca Catalunya!
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